domingo, 4 de octubre de 2015

LA ALQUIMIA DEL AMOR



Trajo el alba su blanco azahar,
apartando la noche de negro azabache,
solo, para que yo contemplara 
el más bello jardín de su hermosura.
Y mis ojos recorrieron su desnuda piel,
como recorre la luna el cielo cada noche.
Sobre su cuello, dibuje un collar de besos, 
vestí con túnica de amor su desnudez
y en los luceros brillantes de sus ojos
quede presa, escanciando el vino de su mirada.
Y fui errante por los caminos de los sentidos
aspirando la fragancia de su piel
dejándome morir entre sus brazos…

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