martes, 12 de julio de 2011

MIS POEMAS





FOTO DE BEATRIZ PEINADO PACHECO


PENSAMIENTOS HECHOS HAIKU`S

De estercoleros 
se amamantan los niños,
del tercer mundo

Cuantas locuras 
ponen en este mundo
 mentes malvadas

Con los pinceles
 del corazón se pintan
 los sentimientos

Admito ser 
yo, la única culpable
de mi destino.

Siempre en la vida
 hay , momento de amar
y otro de odiar

Oigo los gritos
de los que silenciaron
injustamente  

Dueño es de nada,
el que grita exigiendo... 
Yo soy tu dueño.

El tiempo corre,
corremos tras del tiempo
y el tiempo pasa.

Con las palabra
 hacemos catedrales
de  oscuros huecos 

El odio muerde
con tanta fuerza el alma,
que al hombre mata

Solo las piedras 
resisten en el tiempo.
Yo las envidio

Es la paciencia,
la virtud que protege 
de tantos... Males





BEBIENDO TU AMOR A CIEGAS

Sintiendo tu amor me embriago,
de un trago.
Que elixir es tu ternura,
madura.
Que todo en ti es sentimiento
de aliento.
Apasionadas entregas,
danzando cual  hechicera
me perdí en tu borrachera,
bebiendo, tu amor, a ciegas.





KIOSCO DE LA MÚSICA PASEO DEL CARMEN
CAZALLA DE LA SIERRA 
              LA LOCA DEL CARMEN


(Basada en un hecho real)

Vestida de colorines
con un cesto en el brazo.
Carmencilla “La rosales”
iba llorando y cantando.

Es de dolor su locura
su corazón se ha quebrado:
Una carta llego del frente,
porque a su hijo mataron.

En el fondo de su cesta
entre collares y lazos
arrugada y escondida
la guarda para olvidarlo.

Que nadie toque sus cosas
pues te araña como un gato.
Por que si viera la carta
su lucidez es quebranto.

Si encuentra a una enlutada,
se acerca a ella gritando.
¿Porqué te pones de negro?
¡¡ El negro es un color malo!!

Avíos para escribir,
va pidiendo y suplicando.
¡Anda escríbeme a mi niño¡
Yo no sé de garabatos.

Ponga usted la pesetilla
“pa” que tenga “pa” tabaco
y el sellito de correo
su sobre y el papel blanco.

Mi niño sabe escribir
pero el no puede comprarlo.
Ande, haga usted el favor…
que mi carta esta esperando.

Carmencilla “La rosales”
con la carta entre las manos
caminado hacia correos
va, con su locura de años.

¿Cartero lleva usted carta?
¿Cartero no la habrá olvidado?
y el cartero por piedad
le da, ese sobre cerrado

Y dentro lleva una carta
llena de unos garabatos.
Los agentes de correos,
van su  dolor mitigando.

Léame usted esta carta
que del frente me ha llegado.
Y Manuel el de la tienda
se inventa cualquier relato.

En su locura, la Carmen,
la aprieta fuerte en sus manos.
Como un hermoso tesoro
 se la guarda en el regazo.

En la caseta del Carmen,
rodeada de sus gatos,
va viviendo su locura
y ella, a nadie le hace daño.

Se viste de colorines,
lleva collares y lazos.
Así esconde su dolor,
para poder soportarlo

Su único hijo esta muerto
sin ni  siquiera abrazarlo.
Y para aguantar la pena
habla de él, con los gatos.

Lo chiquillos la abuchean
por su  estilo estrafalario
y ella ríe muy contenta,
a sus risas coreando.

 Y enseña una vieja foto
de aquel guapo miliciano,
arrugada y amarilla
por el paso de los años.

Su cara con coloretes
de rojo carmín los labios,
los collares y las flores
los volantes y los lazos.

Es el bálsamo que tiene
para borrar tanto espanto.
El que perturba su mente
porque no puede aceptarlo.

No se que paso con ella,
si puso fin a su llanto.
Pero mis ojos de niña
siempre su imagen guardaron

Carmencilla " La Rosales"
entre flores y entre gatos
tu locura compartías
como un bendito regalo.

Quedando en mi corazón.
tus locuras y tu llanto
tu historia se hizo cercana,
y nunca pude olvidado.

 Carmen Pacheco Sánchez



POEMA URBANO


Sun lighting the hills above Omarama (means

El camino que junto recorrimos 
se hizo asfalto, cual fría carretera,
separadas por las  rayas continuas,
nuestras vidas corren en paralelas.


Me aparcas en este oscuro garaje
dejando mi corazón en el asfalto.
Me obligas a cargar con tu equipaje,
tú  indiferencia me toma por asalto.


 Las llanta de tu amor ya se gastaron
chirría el desamor de tal manera
que freno mi pasión y sus latidos
esperando la grúa traicionera.   

Estoy pagando muy caro el peaje,
y al volante, me aferro dolorida.
 alerta sigo, aparcada,  a la espera,
me niego a ser chatarra enmohecida 


Espero que la rosa de los vientos 
que nos lleve de nuevo aquel camino
donde crecen  cándidas amapolas
donde nosotros tanto nos quisimos.











LA VIEJA CAJA DE FOTOS


Llamada  por su ternura
escuché su eco lejano
La vieja caja de lata
acaricié con mis manos.


Allí, vi pasar mi vida,
descubriendo ausencias.
Se hizo juez de mi pasado
sin piedad, ni clemencia


Una orfandad sin límites
yo siento en esos momentos.
Como un río malherido
gota ,a gota, mi alma siento.


La brisa de mi pasado
en la cara me  azotaba
y el aire de la añoranza
aturdida  me dejaba.


Y en el pequeño mundo, 
recuerdos adormecidos
al defender su heredad
se rescatan  del olvido.


Todo esta dentro de mí 
grises y negros recuerdos
tonos sepias del pasado
y en su tiempo yo me pierdo.


Vuelo por sombras y luces
me desperezo entre alegrías
miles de noches se asoman
con sus miles y miles de días.


Es una nave que recorre 
la inmensidad del  universo
encapsulando la historia
nos invita al rito inverso


Desván de fotografías 
de baúles naftalinos 
con historias trasnochadas
de amarillos pergaminos.




Por mí no reces 
para que en Dios yo crea
y vaya al cielo.

Lo que yo busco  
después de la muerte es…
Dejar la vida

El Dios que pintas
no es, el Dios que yo espero.
Sigo siendo... Atea





Haikus
I
Rozo tu piel
y mis dedos se funden. 
Tú amor, me abrasa
II
Besos tus labios
y percibo el deseo
de las caricias
III
Te ame sin temor, 
aun sintiéndome cómplice, 
de tu pecado.
IV

Y entre tus brazos
con jirones de mi piel, 
deje mis sueños.



Fuimos niños del catón 
de babi blanco y maleta
con pizarra y pizarrín
nos enseñaron las letras.
Aprendimos bien la tabla 
agolpe de la palmeta.
Leche en polvo americana.
Cara al Sol y mucha iglesia.
 Y quedan para el recuerdo
esas fotos tan bien hechas:
Las del mapa en la pared
y el libro abierto en la mesa.


Tuvimos la comunión,
no como ahora se lleva,
era traje de organdí
el limosnero y la vela.
Y los niños no digamos 
de marinero o chaqueta,
sin que le faltara el lazo
en la manguita derecha.
Para colmo el recorrido
de la madrina a la abuela,
le dimos la estampita 
hasta la ultima parienta 
y nuestros pies sufriendo 
pues los zapatos aprietan. 


Escuchábamos la radio
con sus llorosas novelas.
Natán y la de Ama Rosa
de Guillermo Casaseca.
Matilde, Perico y periquín
con la Matilde Conesa.
En la copla “ La Pique”
Joselito y Campanera 
Valderrama y su emigrante 
y La Niña de la Puebla.


Nos llega la adolescencia
difícil y muy revuelta.
Las niñas muy laboriosas 
con sus faenas caseras 
bordados de fistiré ,
punto de cruz y calceta;
Y los niños a estudiar 
si la economía deja,
si no, aprender un oficio
que así lo manda las reglas.


Diversiones, ir al cine,
pasear por la plazuela
y los mas afortunados , 
guateques en la azotea,
¡Que no se apague la luz ¡
¡que nos vigila abuela¡
Dúo Dinámico y los Brincos
Beatles y sus melenas.
¡¡Qué ya somos europeos¡¡
¡Que hermosos esos sesentas¡
Inocentes como niños;
hambrientos como las fieras.


Las chicas hacen el ajuar,
los chicos la mili penan. 
Luego viene la boda,
¡agárrate las orejas¡
El seita , también el pisito 
la lavadora y la nevera
el televisor y el horno,
los niños y hasta la suegra.
Cuento solo lo mejor,
pues si contara las penas 
sería un culebrón 
como los de las telenovelas


Y los años van pasando
y nos vienen los problemas.
No hay Catón ni pizarra, 
hay ciencias ya mas perfectas.
Están los ordenadores
por todas nuestras escuelas.
Los niños salen de noche
que de día no se lleva
y exigen ropa de marca
gimnasio y discoteca
Nosotros padres modernos 
pagamos con las tarjetas
¡otro invento que sufrimos¡
junto a las famosas letras.


Y no cuetes batallitas,
que los jóvenes se quejan 
con palmaditas en los hombros 
y sonrisitas traviesas.
Por eso en estas líneas
dar un homenaje quisiera 
para todos los nacidos 
entre los cuarentas-cincuenta.



(El Catón era el libro en que estudiabamos los niños españoles en los años 50)
Carmen Pacheco 
[

Revindicando la eñe
¡Que ya estoy hasta el moño, leñe!
Que gente fuera de España
nos quieran rapiñar la eñe
porque es, dicen letra extraña.

Yo jamás me la tapiño,
pues de mi idioma es la dueña.
Gruño, refunfuño y riño
a quien mi letra desdeña.

¡Fuera de malas campañas!
¡Fuera de absurdos empeños!
¡Fuera de viles patrañas!
¡Somos de la eñe sus dueños!

Baña las verdes campiñas.
Preña las altas montañas.
Tañe entre olivos y viñas.
Sueña entre juncos y cañas.

Anida con las cigüeñas,
en las torres de espadaña.
Acompañas los rebaños,
trashumado en las cañadas.

En el Miño ella se baña.
El Tajo la hace extremeña.
El Ebro la quiere maña,
El Guadalquivir Marismeña.

Es blasón añejo y enseña,
de esta tierra de España .
Mi eñe siempre es la señera
por palacios y cabañas.

Es compañera que añora
a Sancho Panza y su dueño,
el Quijote y su señora
la dulcinea de sus sueños.

Guiñándome las pestañas
ella enmaraña y es risueña.
Es la niña quinceañera
Que con un dulce amor sueña. 

Es primavera azul añil
en las tardes abrileñas.
Al campo pone trigueño
 si del verano se adueña.

Y madura en el otoño,
los piñones y madroños.
Es estampa navideña
si al invierno ves de armiño.

Y es el buen fuego de leña
que calienta en mi cabaña
Un buen papel desempeña.
Y en la cocina se apañas.

Las sopas Alpujarreña.
El potaje de castaña
Cocidito madrileño
Ese buen pan que rebaña.

Y las ñoras cacereñas
que adereza los aliños.
La dulce miel alcarreña
para aliñar los pestiños.

Los buenos vinos acuñas
de Logroño y Cariñena.
Te amorriña el Albariño
y te embriaga el Valdepeñas.

Con una copa de coñac
yo me pongo soñolienta
y canto por malagueñas
y fandangos de calaña.

Las más dulces cantiñas
se acompañan de zampoñas                        
 la sencilla carrañaca 
y castañuelas con moñas.

Trompo y soga de cáñamo.                         
 divierte a nuestros retoños.
Con piñatas y cucañas                           
jugando con mucho reaños.

Con un ceñido corpiño,
mi eñe, viste de Rondeña
y falda de miriñaques                                   
zapatillas esparteñas.

Y esta donde ella se empeña.
Yo le riño a Cataluñame
dicen que no le atañe                    
 porque en su idioma te amaña.

Volviéndose una tacaña.                  
Es la historia más extraña,
llenas de olvidos y engaños.
Es puñal que hiere con saña.

Yo en mis versos les regaño
Por mucho que yo me empeño
Ver mi idioma sin las eñes                             
¡Me resulta muy extraño!

¡Y es tirarlo por un caño!
No te quitaran los moños
con triquiñuelas y engaños.
Son puñeteros ¡qué coño!

¿No piensan, que te hacen daño?
Es una letra con reaños,
en nuestro idioma la eñe,
y duraras muchos años.

No quiero echar cañonazos
y ni quiero ser gazmoña
Mas si mi idioma escudriño
empeñándome en enseñar.

Creo, si no existiera la eñe
la tendríamos que diseñar
Yo me empeño con cariño
haciéndole carantoñas.

Reseñando bien sus moños
y me sirvo de esta maña
que sepan bien desde niño
¡Que es patrimonio de España!


AMOR (soneto)
Amor que dulcemente me encadenas
 borrando de mi mente toda historia;
Sobre mí prevalece tu victoria
y a morir en tus brazos me condenas.

Con tu gran fuerza, aturdes, y me llenas
la razón pierdo, a veces la memoria.
Vencida me hallo y vuelo hacía tu gloria,
y todos mis esquemas desordenas.

¿Por qué esta esclavitud trae belleza,
dejando de pisar la firme tierra?
¿Porqué a mi pecho vivo, fuego inflamas?

Debatiéndome a muerte en mi flaqueza
siento la dulce paz en esta guerra
y quiero ser las brasas de tus llamas.

EL MENDIGO
Arrastrando los pies y cabizbajo
se desliza por las calles en silencio. 
Con un gesto te pide una limosna
y hay quien se la niega con desprecio.

Todo su mundo está en aquel carro,
que lo arrastra tras él como su sombra.
Subsistiendo entre bancos y cartones
ya nadie lo recuerda, ni lo nombra.

A veces con la fiereza de un oso
gruñendo entre dientes y sin sentido
lleva una letanía incompresible, 
de palabras y gritos contenidos.

Sólo el aire le acaricia la cara
en medio de aquel mar de transeúntes,
fríos, distantes, a su lado pasan,
sin que nadie por su vida le pregunte.

Ya no habitan en su mente los sueños,
se cobija a la orillas de la muerte.
 La botella en sus manos, como amiga
lo consúela, en la noche, de su suerte.

El tiempo va en su contra y lo arrastra,
y el implacable reloj lo atenaza. 
Se desentiende y olvida del futuro 
y va perdiendo toda su esperanza.

Fugitivo de amores y de techo
es mendigo de albergues y consuelo.
Sin sombra que le siga ya los pasos,
se abrazará desnudo sobre el suelo.

Quizás las hojas del otoño cubran
esa desnudez de su alma herida
y suplan con sus roces esos besos,
que perdió a lo largo de la vida.

La indiferencia contempla su viaje
desfilando entre asfalto y cemento
y somos todos fríos maniquíes
ajenos al dolor y al sufrimiento.