lunes, 23 de septiembre de 2019

EL CREPÚSCULO DEL MUNDO



EL CREPÚSCULO DEL MUNDO 

No hay lágrimas que apaguen la tristeza
de este mundo que roba la inocencia .
No es un error, ni falta de indulgencia
 es la feroz maldad y su  vileza

Es del hombre por el hombre, el crepúsculo
es la intolerancia y la sin razón,
es un humanidad sin corazón ,
dando vueltas en el mismo circulo.

 ¿Quién puede contener los desmanes
y parar esas  luchas fratricidas?
¿Quién se impone a hordas enriquecidas
que se tragan voraces nuestros panes?

He aquí, palabras de pobres poetas
desterrados y olvidados de un mundo
que se olvida del amor más profundo
y te hacen de unos  versos mil planetas

Son sus soles , estrellas y luceros
sonrisas de arcoíris y esperanzas.
que aquí dejan escritas sus andanzas
soñando paz en mundos venideros.
Carmen Pacheco

sábado, 21 de septiembre de 2019

Camino de la Vejez

Camino de la Vejez 

 Pronto se van hacer 70 años empecé andar el camino de la vida, he andado la mayor parte de este camino sin preguntarme cual era ese final, hoy, que ya lo diviso en el horizonte ,me parece extraño, las huellas del tiempo se dejan notar poco a poco en mi cuerpo, pero yo solo lo noto que mis ojos son los que mira con otros matices , y miro el camino recorrido y el que me queda por recorrer con la serenidad que me dan los años.
Hoy camino con pasos valientes y ebrios de vida, porque he aprendido que la vejez es un estado mental, soy consciente qué no tengo las mismas fuerzas y la misma agilidad, el desgaste físico, no está exento de luces y de sombras, pero... ¿Qué importa? Llegó al último acto y el telón cae y es necesario sonreír a la vida y vivir el momento, ese acto final debe ser apoteósico, no podemos dejar que la obra se malogre solo por dejarnos cae en un letargo , quizás no podamos danzar con los pasos ágiles de antaño, pero podemos utilizar todos los recursos que hemos ido adquiriendo a lo largo de la vida y sustituir la fuerza por la experiencia y mostrar que la vejez no es esa que nos quieren hacer ver aquellos que no la entienden y que le tienen miedo
Del ayer más remoto, pasamos al tic tac de los segundos y solo debemos centrarnos en esos segundos y escuchar sus ecos, cómo se escucha las más bella de las melodías, dejando que llegue a nuestros corazones y sentir que sus latidos se amortiguan y un viento de libertad se apodera de nosotros de ahora en adelante, y sin cambiar nuestros pasos seguiremos en la senda sin mirar atrás , por que mirar atrás es contemplar el paso del tiempo .
Hablamos de un futuro extraño y dócil, que con humana desazón, vemos que nos va despojando de los sentidos pero... ¿Donde estaríamos si no llegamos a la meta final? ¿Porque no ver esa belleza en la vejez? En vez de mirarla cómo el final del camino, debemos de verla cómo la meta alcanzada, y disfrutar del trofeo conseguido.
Nacemos para eso y el camino entre la salida y la meta es solo un paréntesis lleno de buenos y malos momentos, que debemos de desterrar o saborear, sin más beneficio que saber cómo dar los pasos dentro del camino de la vida.
Carmen Pacheco

domingo, 19 de febrero de 2017

Mi Camino a la Carrasquilla



Mi Camino a la Carrasquilla
Siempre han quedado en mis recuerdos las veces que hice el camino a la Carrasquilla, ya entonces, mi imaginación era un arma para evadir la realidad que por aquella época nos tocó vivir, a unos peor que a otros ,nuestra familia era una piña en lo bueno y en lo malo y eso ayudaba mucho ,así, que con el pasar del tiempo solo prevalecen los mejores recuerdos.
Habían dado las doces en el reloj de la iglesia, y como un reloj mi tía funcionaba en la cocina.
 -Venga ya está la comida en el canasto, ¿Quien va a llevar hoy la comida? ,
No sé qué pasaba, pero pocos voluntarios habían para ese menester, así que como casi siempre me tocó a mí. El canasto de mimbre primorosamente tejido por las manos de mi tío Juan , contenía una ollita de porcelana rojiza llena de puchero con su “pringra”, medio pan y una botellita de vino, cubierto todo por una servilleta de vichy de cuadros azules y blancos que mi abuela había rematado con una puntilla a ganchillo en blanco , allí llevaba   la comida para mi tío y para mí .
El camino no era largo, pero en pleno verano y a las doces del medio día parecía un poco más largo de lo que era y la cesta se iba haciendo más pesada.
No quería demostrar que aquello a mí me gustaba y disfrutaba del camino, a demás ,que el llevar la comida, me libraba de quitar y poner la mesa y del fregado del medio día, cosa que no me gustaba. Mi tía me daba  el sombrero y  la cesta, recomendándome que saliera por la puerta del corral y así ahorrarme un pequeño trecho, y sin que no me olvidara de que no tenía que hablar con nadie ,ni pararme tampoco, “que no se sabe nunca lo que puede pasar” esas eran sus palabras sin más explicación .
Pasado el Chorrillo dejando atrás la Huerta de Conejo ,el camino se hacía cada vez más polvoriento y seco y aquello alertaba mis sentidos pues ahí era cuando yo empezaba a disfrutar, todos los niños y niñas que yo conocía tenían miedo de las bichas y de los lagartos, yo, en cambio, buscaba con la mirada a ver si tenía la suerte de que una culebra  se cruzara  en mi camino , cosa no rara en esas hora del día, pero que no pasaba con la frecuencia que a mí me gustaba, el corazón se me aceleraba y intentaba estar quieta para que pasara lo más cerca de mí , si mis recuerdos no me traicionan  o la imaginación  no me hacía ver más allá de la realidad algunas  de las que vi , eran casi tan largas como el ancho del camino , otras veces veía grandes lagartos tomando el sol sobre las piedras y preciosas lagartijas de un color verdoso brillante corretear entre las hierbas, asustadas por mis pisadas , mariposas de colores anaranjados, otras negras o  las blancas, alegraban la vista por su belleza . Los cagajones de las bestias también estaban en mi punto de mira, pues me parecían muy graciosos los escarabajos peloteros haciendo sus bolas, todo el camino era un mundo que se iba descubriendo a mis pasos ,¡Vamos!  los documentales de la 2, en vivo y en directo .
El desvió de la trocha para la carrasquilla no era menos agradable, pronto las higueras empezaban y sus sombras se agradecía, la voz de mi tío esperándome mientras sacaba un cubo de agua fresca del pozo, y yo sabía que él y yo ,seríamos los primeros en probar los primeros tomates, los melones o sandias del año, esa era la recompensa de llevarle la comida, no poca para aquellos tiempos.
Sentados a la sombra comíamos y después de descansar y con mi cesto ya vacio volvía a pueblo otra vez disfrutando de la naturaleza, al llegar al pueblo un buen sorbo de agua del chorrillo para coger fuerzas y subir por la Cuesta del Vicario y saboreando el momento de decir que ya había probado, el primer melón ,o la primera la sandia, así me vengaba de los que no querían ir  a la carrasquilla a llevar la comida.  ( lo del fregado no lo dije nunca ,no fuera que se me acabara el chollo )
Carmen Pacheco

lunes, 23 de enero de 2017

ENTRE DIOSES



ENTRE DIOSES
En las puertas del Olimpo aquel día
estaba Baco  tan  borracho y tedio
que dudaba en si lloraba o si reía
porqué su mal no tenía ya remedio.

Neptuno que entre las aguas él vivía
le dijo, has de cumplir tu magisterio
mejor vino, que el agua de la ría
si llegas ahogado al cementerio

Atenas que alardea de sapiencia
dice a Baco, la vid como la higuera
debe tener dos cosecha cada año

Y tú Neptuno, tira de tu influencia,
no seas aguafiestas  pejiguera
que mariscada y vino no hacen daño.

Carmen Pacheco Sánchez

Qué sé yo, de nada.



Qué sé yo, de nada. 


No me preguntes, que yo no sé nada…

Que la vida, fue cayendo en mis manos

como  gotas de lluvia, en un día de otoño

y solo deje que me empapara.

Solamente eso…

No me preguntes,

 porque no tengo respuestas,

 bastante tengo yo con intentar

 entender mis negaciones.

 Yo solo sé que siempre hay erratas

y que es muy difícil escribir  con el trazo recto

Así que no me preguntes

porque yo cargo , con el peso de la ignorancia.


jueves, 12 de enero de 2017

UN CUADERNO EN BLANCO





UN CUADERNO EN BLANCO
¿Qué esperan tus virginales páginas?
¿Acaso aguardas unos firmes trazos
que florezcan en tu desértico blancor?
Ahora que estás listo para acoger
cada letra, cada palabra, cada línea,
cada verso … Yo te pregunto .
¿Serás capaz de llenar tus ausencias
con mi alma de poeta?
¿Zurcirás una cascada de monosílabos,
entre el tiempo y el espacio?
¿Esculpirás en negro sobre blanco
los sueños que tatúan mi piel?
Ellos quieren posarse en tus hojas,
como frágiles y suaves mariposas.
Y yo,  imagino mis manos
hambrientas y cómplices
de esa pluma.
dejando  mi verdad expuesta
con una gramática libre, sin ataduras,
con nostalgias de azules metáforas,
y arañando los coloridos verbos.
Si, escribiré mis poemas,
con mis manos desnudas,
y en tus desnudas paginas,
y con nanas  de vocablos
te acunaré entre mis brazo
con los ecos acompasado del viento
para llenarte de mí.
Carmen Pacheco Sánchez