Como cada noche, he entrado para dejar una nota en mi blog y he comprobado que se ha convertido en un diario, donde mis pensamientos se despeinan entre palabras, la noche, compañera de insomnio despierta los recuerdos y a veces los convierte en metáforas imprecisas y siento como ojos incoloros miran esas palabras que el silencio de la noche me regala.
Desde esta ventana
internauta, abro los arcaicos postigos
de madera que encierran mis pensamientos para plasmarlos en poemas o
comentarios, dejando retazos de mí en cada frase o en cada palabra.
La madrugada
avanza y deja pasar un día nuevo que se van
sumando a los días de mi vida, pero mi mochila cada vez pesa menos, pues mi tiempo es como las piezas un mosaico arrancado a los límites del destino. Mientras, escribo versos en las suela de mis zapatos e intento no
pisar fuerte, para no dejar mi alma al descubierto, pero sé, que en cada renglón
queda pequeños jirones de mi piel y mi ADN , delatará que mis pasos robaron horas
a las noches, mientras buscaba metáforas que me dejaran escribir ese verso, que intenta
asomar a un mundo, donde los poetas no tenemos futuro.
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