Estamos entrando
en una era, donde cada vez los inviernos se hacen más largos y las primaveras de
la vida van desapareciendo, ahora, solo el invierno desolado vemos en un
horizonte plomizo, donde van naciendo
las negras flores del mal.
Inviernos fríos
que hielan el corazón de los hombres, tempestades que zarandean las
vidas de las gentes humildes, graneros
desnudos de bondad , tierras saqueadas por maquinarias destructoras, manos de
garras avarientas, tierra fundida en oleoso petróleo, las semillas del mal se esparcen por esta
tierra, dejada de la mano de un Dios pintado entre nubes, que no quiere pisar
la tierra y la deja en manos de una jerarquía purpura, que falsea esas palabras,
que algunos dice, que dijo… Falseada por intereses terrenales, verdugos de vírgenes
e ideales, fusionados con los poderes.
Se ven, como miles de semillas del mal, van floreciendo
y contaminando los valles de la vida, la frescura y los colores apacibles se difuminan, solo la pestilencia aflora entre las aguas emponzoñadas, y se va
cubriendo la tierra con esas nocivas semillas
Nosotros, parecemos pasajeros inmóviles , blindados detrás de los
cristales de las ventanillas de un tren ,que recorre ,un mundo llenos de raíles
paralelos y estáticos ,sin posibilidad de bajarnos , porque nos van quitando
las estaciones de la libertad, los que debían de proteger nuestro mundo, nos atemorizan para que no salgamos a defender ,ni
siquiera esa mísera cuneta ,donde queda un poco de tierra limpia , donde tímidamente
algunas humildes margaritas silvestres intentan florecer.
Que oscuro y
triste veo el futuro, si no rompemos los cristales del tren que nos lleva a la
nada. Solo la fuerza de palabra, cuando es honrada y tiene dignidad, debía ser
suficiente para limpiar este cieno que cubre nuestras vidas, pero son tantos
los que ya solo sobrevivir le cuesta, que no tienen fuerzas para bajar del tren del
holocausto, en que nos han metido.
Pero claro, estas
palabras, solo son las palabras… De la abuela Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario