lunes, 2 de noviembre de 2015

El llanto del poeta







Musa esquiva y traicionera
que de mi pluma reniegas,
mientras a mi ser le ruegas
que quede en ti prisionera.
Sin saber de qué manera
con tu fuerza me conjuras,
enredas mis escrituras;
luego tu favor me niegas
en tus brazos voy a ciegas 
y me tientas sin mesuras. 

Si al poeta y trovador 
se le calla y amordaza 
ya no hay ni calle, ni plaza,
ni ágora del soñador 
Y este mundo aterrador 
donde no existe mesura 
se olvida de la ternura 
y juegan con nuestros sueños 
del mundo se hacen los dueños.
para dejarnos a oscuras. 

Me pides sea valiente 
sin importar lo que digan, 
dejando que hablando sigan... 
aquí voy cual penitente; 
Nadando contra corriente
me arrastra tu ventolera
y quedando prisionera 
al cerrarme las ventanas... 
Ya no hay sueños, ni hay mañanas
y vivo de tu quimera.

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