viernes, 20 de noviembre de 2015

El olor del amor




Natalia tenía solo cinco meses cuando empecé a cuidarla, no quería que fuera a la guardería tan pequeña y me hacía ilusión cuidar de mi nieta, mi casa se lleno de pañales , biberones y de “su mamí” una camiseta de mi hija ,  con la que yo la calmaba cuando se ponía inquieta , pues guardaba el olor de su madre y eso hacía que ella siempre quería  “su mamí” ( la camiseta) junto a ella .Pasó el tiempo y Natalia empezó a ir a la guardería pero su olor lleno cada rincón de mi casa, era el olor dulce y suave de un bebé. Con su abuelo,que era él que la recogía todo los días de la guardería le unia un lazo muy especial. 
 Había pasado tres años, cuando mi marido sufrió una intervención quirúrgica, y una hemorragia interna le provoco  un coma y estuvo cuatro días que no sabíamos si saldría de aquello, la desesperación nos embargaba a toda la familia y los medico decían que ellos solo podían hacer un 20%  el resto lo tenía que poner él . Intentábamos hablarle, con la esperanza de que una palabra o algo tuvieran la fuerza para que él se aferrara a la vida.
Como todos los esfuerzos para despertarlo se hacían inútiles, mi hija  recordó  que  mi marido siempre hablaba del olor de nuestra nieta Natalia y de cómo le gustaba, así que cogió  el pijama que había tenido puesto Natalia toda la noche, lo guardo en una bolsa de plástico bien cerrada y lo abrió junto a su cama, en la UCI del hospital y se lo puso en la mano, luego, le acerco la mano a la nariz y así se lo mantuvo un rato, en ese momento su reacción fue de agitar el pijamita de la niña, de manera muy nerviosa junto a su cara. La doctora y las enfermeras acudieron rápidamente,  casi no daban crédito a lo que veían. Aun inconsciente, nos despedimos de él hasta la próxima hora de visita, cinco horas más tarde, y cual sería nuestra sorpresa  al entrar en la sala de la UCI verlo sentado en el sillón, muy débil , pero sonriendo al vernos  y con el pijama de nuestra nieta en sus manos, que no soltó mientras estuvo en el hospital,  cinco días después volvía a casa para recuperarse del todo . El olor de mi nieta salvo a su abuelo, desde entonces digo que aquel fue el olor del amor.
No sé, si esto son cosas que pasan en la vida, o son, solo cosas… de la vida, de la abuela Carmen

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