sábado, 19 de septiembre de 2015

Sembradores de Poesías

Como la azada en el surco,
es el alma del poeta. 
Golpe tras golpe en la tierra 
va clavando su piqueta.

Y allí deja su semilla
escondidas entre letras.
Cada surco es un poema, 
cada libro una cosecha.

Versos curtidos al sol
en las tierras de ilusiones
alimento para el alma
y emoción de corazones

Sembradores de poemas
por tertulias y tabernas
Sus sueños son desgranados
al rededor de una mesa

Y aquel que les quiera oír
que perdone sus torpezas
Que sembradas con azadas
golpe a agolpe y franqueza

Fue sembrando su poesía
sin esperar recompensas.
Porque las cosas del alma
son el fruto de sus letras.

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