miércoles, 3 de junio de 2015

RENCOR EN LA MOCHILA




En estas alturas de mi vida he dejado de sentir rencor, he aprendido que es algo muy pesado para llevarlo cargado las veinticuatro horas al día y todos los días de nuestras vidas. Claro que las cosas duelen, que los sentimientos también sangran cuando te hacen daño y que incluso esas heridas son más profundas que las que te puedas hacer en tu cuerpo , pero lo mismo que las heridas físicas las curamos y hacemos que cicatricen, las heridas del alma también debemos hacer que curen , "las vendas" del olvido pero no perdono, aunque no son las más recomendadas pueden aliviar el dolor, la indiferencia, suele ser más eficaz, y “una caja de comprimidos ” de NO ME IMPORTA es muy aconsejable.

Aquellas personas que nos hacen daño, se olvidan de ello rápidamente, mientras que si nosotros guardamos rencor estaremos metiendo los dedos en la llaga y agrandando cada vez más la herida  y vivir en esas esclavitud que provoca el odio y rencor hace que no disfrutemos de todo lo demás que nos rodea , nuestro cuerpo se debilita con el sufrimiento y el rencor, porque son sentimiento negativos.

Con la indiferencia llega el olvido y puede que hasta el perdón y eso hace que te sientas superior a la persona que te causo el dolor . Un sentimiento positivo es ,el más dulce bálsamo para el alma, tu mochila se irá  descargando  y dejara de pesar, los hombros y la cabeza subirán con la autoestimas de que tú eres mejor que el que te hizo el daño y la sonrisa y la luz de la serenidad de tu mirada dará belleza a tu cara y habrás encontrado el equilibrio perfecto.

Esta es mi reflexión después de pasar por la vida durante 65 años ,quien quiere hacerme daño se encontrará con la coraza de la indiferencia  y si me doliera un poco tomaré un comprimido de NO ME IMPORTA

Carmen Pacheco .

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