miércoles, 29 de enero de 2014

Ronda la muerte

Ronda la muerte
En estos días la muerte ronda por mi entorno,  no soy supersticiosa y en ese sentido no me afecta pero si me hace recapacitar sobre ella. La muerte inesperada del marido de una amiga, cuando apenas había entrado en la madurez,  la muerte de una antigua vecina, relativamente joven,   la muerte prematura de un amigo de mi hijo, cuarenta años y una enfermedad grave y devastadora que lo arranca de la parte más dulce de la vida, de su joven mujer y de sus dos hijos pequeños, y ayer el aniversario de la muerte de mi padre y todo en poco más de una semana.
Me he parado y he reflexionado, mire para atrás y veo que  a lo largo de nuestro camino por la vida son muchos  los que nos van dejando. Es una ley natural que nada puede detener pero que araña el alma. Pienso que es la consecuencia de hacerse mayor, se pierden  los abuelos, se pierden los tíos, los padres, los amigos ,los conocidos y la lista se hace más larga de lo que una  quisiera.
Esta semana ha sido  como  una parada en el camino, sentí que me sentaba en esa piedra que al borde de todo camino hay y donde el caminante después de un largo paseo  se para y se sienta a descansar  y mira el camino recorrido pensando en el paisaje que dejo atrás.  Simplemente que en este momento la sensación fue de vacío, recordé tantas caras, tantas personas que ya no están
M e he parado y mi mente se quedado en blanco sin saber que sentimientos me invadían y no los he podido identificar ¿Pena? ¿Dolor? ¿Tristeza? ¿Soledad? ¿Aceptación?  Y al final después de un buen rato dándole vueltas a la cabeza solo me ha salido como un flash, la palabra VIDA, incluso en la soledad del momento mis labios la pronunciaron en voz alta, me sorprendí, pues parecía una contradicción, pero  me dado cuenta que no, el camino de mi vida se va haciendo largo y que al vivir más años los que son mayores que tu por regla general quedaran en ese camino. No me da miedo mi muerte, pero no quiero que revolotee  entre mis seres queridos.

En la soledad  de la noche  recorro esta infinita carrera  de mi tiempo, miro la imperturbable y enigmática vida y siento  el sonoro  cortejo de mis pasos  que cruzar la noche , siento que corro para huir y distanciarme de mi misma, para que la muerte no ronde más en mi camino  y solo me la vuelva a encontrar e inevitablemente al final de mi vida ,pues no quiero que camine junto a mí.
 Carmen Pacheco

2 comentarios:

  1. Es tan caprichosa como inesperada la muerte, Carmen, y siempre, siempre tan mal recibida. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad es una visita que a nadie le gusta y ni a escobazo se la echa. Gracias Leo por pasar por el blog Un abrazo

      Eliminar