(Cuando tengas hijas comerás pestiños"., es
un cuento que yo escuchaba a mi abuelo, son de esos cuentos de tradición oral ,que se transmitían de una generación a otra ,solo recuerdo la idea del cuento y
de ahí saque la historia, es un homenaje a mi abuelo que era un excelente
narrador a pesar de no saber leer ni escribir, sus historias todas tenían una
moraleja y con cada cuento nos transmitía una lección para la vida y para esas
mujeres que sin estar escrito en ningún lado siempre fueron las herederas para
cuidar a sus mayores )
El día después de la boda, la mujer muy solicita prepara al
marido el desayuno, se ponen en la mesa, junto a la ventana desde allí
divisaban toda la calle y estando desayunando vieron aparecer al padre del
marido.
-Cariño – dice la mujer. Hay viene tu padre, voy a recoger los pestiños, no quiero que nos vea comiendo
tan temprano y vaya a pensar que somos unos glotones.
Recibieron al padre de él con cortesía y lo despidieron.
No había pasado ni una hora vieron desde la ventana al
padre de ella.
-Pobre padre mío -dijo la mujer, que viejecito se está
poniendo, cada día lo veo más débil voy a sacarle unos pestiños con un poco de café. Nada dijo el hombre y ayudo a
su mujer a poner la mesa para su suegro.
Pasado un año la mujer se puso de parto, dando a luz a un
hijo varón. La vecina que la atendía le dice -¿María quieres que se acerque mi
marido al campo y le dé la noticia a tu marido?. Si, si dijo ella con mucho
entusiasmo y así fue, el vecino se acerco donde el marido trabajaba y le dijo
que su mujer ya había parido, el hombre que estaba labrando la tierra pregunto-
¿Y que fue?
- Un varón -dijo el vecino.
-Vale gracias.
El hombre siguió en su trabajo y cuando termino la jornada
llego a casa y tranquilamente vio a su primer hijo varón.
Pasado un tiempo la mujer vuelve a quedar embarazada y nace
otro hijo varón.
-Voy a llegarme a decirle a tu marido que tiene un nuevo
hijo- le dijo el padre de ella.
-Como quieras padre, pero con el otro hasta que no termino
el día no se acerco a verlo, él es muy tranquilo para estas cosas.
Efectivamente, cuando se entero siguió trabajando y una vez
terminada la jornada vio a su segundo hijo varón.
Pasa el tiempo y un nuevo embarazo y de nuevo el parto,
esta vez nació una niña
La madre de ella le dice-Hija tendrás que avisar a tu
marido.
-Para qué avisarle madre, si él nunca viene hasta que no
termina la jornada.
-Bueno, que él haga lo que quiera, tú cumple con tu deber y
haz las cosas bien,y le mandas la razón. Mira, el panadero pasara por allí, pues
tiene que ir al cortijo de al lado a llevar el pan y que se lo diga si lo ve.
Así lo hicieron .El panadero cuando se paso por el camino
le dijo –¡eh! Pedro que tu mujer ya pario de nuevo.
-¿Y esta vez que fue? –Pregunto el hombre.
Pues ha sido una chiquilla y la cría y la madre están bien,
bueno ya lo sabes, dijo el panadero a modo de despedida.
Pedro, tira alegremente el azadón que tenia labrando la
tierra y sale corriendo camino del pueblo sin parar, cuando llego a la casa
lleno de contento con la emoción en su cara reflejada pregunta nervioso –Donde
esta mi niña, donde esta mi hija.
-¡Pero marido! le dice su mujer asombrada, ¿Cómo es que has
venido tan corriendo? Yo no te esperaba, cuando nacieron nuestros otros hijos
te lo tomaste con tanta calma.
El hombre en ese momento soltó lo que desde tanto tiempo
tenía guardado.
-Y que quieres mujer, esta será
la que me saque los pestiños cuando yo sea viejo.
Cada uno que saque la moraleja que quiera.