miércoles, 2 de febrero de 2011

LA HUMILDE MALVA



Por mí no reces 
para que en Dios yo crea
y vaya al cielo.

Lo que yo busco  
después de la muerte es…
Dejar la vida

El Dios que pintas
no es, el Dios que yo espero.
Sigo siendo... Atea



Sigo siendo... Atea






 LA HUMILDE MALVA

Escondida en el arriate,
debajo de limonero.
Una malva florecía,
humilde, casi con miedo.

Temiendo que con mis manos 
la arrancara con enojo
Me regalaba fragancia.
y su color a mis ojos.

Cada día me alegraba
con el color de sus flores.
La cuide con tal esmero,
que fue perdiendo temores.

Crecía tan orgullosa
entre  mis lirios y  nardos
que con su humilde belleza
a mi jardín fue adornando.

Y es su belleza  tan grande
que nadie se acuerda ya,
que solo era una humilde hierba
sin  derecho allí a  estar.

Si al humilde se le da
la misma oportunidad
florecerán con orgullo,
con belleza y dignidad.

1 comentario:

  1. Ya conocía tu poema y sabes cuanto me gustó, pero el encabezamiento que le has puesto, con esos haiku y las fotografías con que los adornas me parecen tan bonitos como la humilde malva.
    Un abrazo.

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