viernes, 5 de septiembre de 2014

ADIOS


Nos llego el día del adiós

Siento impotencia y dolor y sé, que un muro no me deja atravesar este día, quedaré retenida en el  aunque el tiempo lo derribe, un antes y un después marcara mi camino , porque algo de mi vida ha quedado atrapado en este punto del pasaje. Siempre te dacia. ¡Cuánto te quiero hermano! Pero hoy he comprendido la dimensión de mi cariño, te he visto luchar en silencio, ese silencio que formaba parte de tu identidad, preferías el silencio a la ira, preferías el silencio y la sonrisa para mostrar los sentimientos, tus silencios para darnos fuerza  han sido los más elocuentes

Nunca salió de tu boca

la rabia, ni el desafío,

y el silencio fue tu arma .

Y hoy tus labios casi fríos,

no pronuncian  ya palabras.

Inmóvil, casi yacente

siguen tus labios en silencio

y  ni tu rostro nos  grita

el dolor, ni el sufrimiento.



El miedo y  la esperanza se fundían en un doloroso pasar el tiempo y yo …



Fundí el miedo y el valor en un todo,

arrojándome  rendida en su ruedo

 fui quedando en la arena sin denuedo...

 Buscaba en el día a día acomodo.



La arena con mi  llanto se hizo lodo

que mezclada con el viento y mi miedo

frente a frente a la  fiera yo me quedo

varada entre los pliegues del recodo .



Quiero  apartar la  fiera  que te daña

la fiera  que ha marcado ya tú vida

y a la muerte ha dejado en su tortura .



Silenciosa la impávida  guadaña

se ufana por  ganarte la partida...

Ya, su reloj... Marco tu sepultura.



Esperaba esa llamada, pero siempre te coge desprevenida, finalizaba el día y con el término tu camino, la rabia y el dolor me hicieron gritar, te llamaba queriendo retenerte pero ya solo el silencio me contesto, quisiera pensar que el más haya existe, pero hace tiempo deje de creer .  No importa, mientras vivamos todo los que te quisimos  tu vivirás, pues tus recuerdos quedaran entre nosotros. Hasta siempre “Niño”, hasta siempre...   Hermano .

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